viernes, 4 de marzo de 2016

segundo rosero


Segundo Rosero nació en el pequeño pueblo de Pimampiro, en Ecuador, un país de cóndores y delfines. Es el resumen de sus mayores: músicos populares que cantaban en el tiempo en que los medios de comunicación no imponían los gustos. Escuchó los pasillos de los ecuatorianos Julio Jaramillo y Olimpo Cárdenas, que tuvieron que irse de un país que expulsa a sus hijos. Amó el pasillo, esa música que no es triste sino que tiene melancolía: habla de pañuelos en despedida y amores trágicos. Entendió que el bolero iba a durar más de los 100 años que tiene y bajó al Valle del Chota, donde los músicos negros hacen himnos populares de celebración de la Vida. Por eso impulsó la grabación de esos cantos que se pierden porque los Estados creen que la Cultura está en las momias de los museos: cada ocasión que muere un cantor de tradición oral es como si se extinguiera una biblioteca.

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